¿Soy una compradora compulsiva?

La compradora compulsiva es aquella persona que lleva a cabo las compras de manera incontrolada y por lo tanto es propiamente una adicción. Caracterizado por consistir en el afán desmedido, incontrolado y recurrente por adquirir cosas.

A niveles patológicos afecta entre un 2 y un 8 % de la población según diferentes estudios.

Pero quien más o quien menos nos dejamos llevar por las ofertas y gangas, y en épocas más propicias consumimos más. Aunque no es un algo exclusivo de fechas como la Navidad y rebajas, la tradición consumista, la publicidad y la gran cantidad de oferta podrían explicar un cierto aumento de las compras en estas fechas.

“Entre un 2% y un 8% de la población es un una persona compradora compulsiva”

Es la excusa perfecta para regalar y regalarse cualquier cosa, y son muchos los que pierden el control de sus gastos.
Para la mayoría de la gente, se trata sólo de unos días de exceso, pero algunos siguen comprando sin control durante todo el año.

¿Cuándo podemos hablar de adicción a las compras o compras compulsivas?

Una conducta sólo se considera adicción cuando el individuo presenta estos tres rasgos:
• tolerancia (necesidad de consumir cada vez más para lograr la misma emoción),
• síndrome de abstinencia (cuando no se puede satisfacer la adicción) y
• pérdida del control (incapacidad de frenar en el consumo).

La compra compulsiva reúne todas estas características:
• la voluntad del afectado es casi nula,
• la satisfacción por la compra realizada es efímera,
• se entra en una espiral de la que difícilmente se puede salir sin la ayuda de un especialista.

Genera, en la persona, una satisfacción inmediata, con la que cree llenar su vida de sentido y con la que consigue borrar temporalmente los problemas.

Es una reacción inadecuada ante sentimientos de tristeza, rabia, incomprensión, desatención y soledad, encuentran su vía de escape en la compra de artículos muchas veces no necesarios que nos aportan satisfacción en el momento de su adquisición, buscando el refuerzo inmediato y el alivio de nuestra ansiedad a corto plazo.

Pero ese efecto dura poco, ya que a medio o largo plazo las consecuencias son, además de gastos innecesarios, sentimientos de culpabilidad y problemas familiares entre otros.

“Las compras compulsivas a medio o largo plazo generan culpabilidad y problemas con los demás”

Respecto a la forma de detectar a los compradores compulsivos, psicólogos declaran que es una “adicción encubierta” porque la persona no reconoce que tiene un problema y ve normal su comportamiento, ya que vive en una sociedad “totalmente consumista”.

En cuanto al perfil, afecta más a mujeres que a hombres y que la edad oscila entre los 30 y los 40 años, aunque el auge de las nuevas tecnologías ha originado una nueva clase formada por adolescentes cuya “única forma de ocio es salir a adquirir el último videojuego que ha salido al mercado”.

¿Soy una compradora compulsiva? ¿Cuándo debo alarmarme?

Tenemos que tener en cuenta determinados puntos que nos orientan a saber si simplemente ¨me he excedido en las compras¨¨o me he dado un capricho¨ o si mi conducta se está convirtiendo o es patológica
– Cuando nos sentimos tristes, deprimidos o enojados, lo único que nos calma es ir de compras.
– Compramos con frecuencia cosas poco útiles, que después nos arrepentimos de haber adquirido.
– Tenemos la casa llena de artículos que no hemos usado y que nos resultan inservibles.
– Nos precipitamos a la hora de comprar, porque no podemos controlar nuestros impulsos.
– Del entorno familiar y de amigos nos llegan mensajes críticos con nuestra desmedida afición a comprar.
– Aun a pesar de haber comprado muchas cosas o haber realizado un gran gasto, nos sentimos insatisfechos.
– Vemos que se nos va el dinero sin darnos cuenta, y a menudo estamos irritados por haber gastado el dinero tontamente.
– Cuando vemos algo que nos gusta, no paramos hasta comprarlo.
– Adquirimos productos “milagro” que intuimos o sabemos inútiles.
– Cuando recibimos el extracto de la tarjeta de crédito, nos sorprende sobremanera la cantidad e importe de las compras que hemos hecho.
– Nuestro tiempo libre lo dedicamos preferentemente a visitar los centros comerciales o ir de escaparate en escaparate.
– Cuando el comprar se convierte en necesidad irreprimible surge el problema.

¿Qué puedo hacer si detecto que estoy comprando compulsivamente?

Como hemos dicho, lo que mueve a un compulsivo a comprar es la falta de control de los impulsos y un pensamiento irracional. Así pues, difícilmente esta persona podrá, por si misma y sin ayuda, darse cuenta de su problema y solucionarlo.
Si se sospecha que un miembro de su familia o persona cercana es adicto a las compras lo mas urgente es conseguir un diagnóstico profesional y un tratamiento efectivo que resuelva la situación.

Sólo con la modificación de la conducta y del control de los impulsos podremos controlar la ansiedad y los conflictos interpersonales pudiendo cambiar así el estilo de vida del paciente.